viernes, 6 de abril de 2012

La condesa descalza: "Peron es un marica!"



En Puerta de Hierro, Madrid, donde pasó la mayor parte de su destierro, Perón, tenía de vecina a la actriz norteamericana Ava Gardner, quien también lo admiraba, y con la que mantenía una relación cordial hecha de encuentros casuales en sus paseos por el barrio.
Cierta vez, recuerda Pavón Pereyra, Perón y la Gardner se cruzan por la calle, se saludan y charlan, y ella, visiblemente abatida por una noche agitada, se confiesa y se disculpa por no sacarse sus lentes oscuros. Perón le comenta:
-- Lo único malo del pecado, es que deja huellas…
PERITA


Gritaba desde su ventana Ava Gardner a su antipático vecino cuando lo pillaba en su balcón ofreciendo discursos a multitudes imaginarias. Pero la relación entre la estrella de Hollywood y el exiliado presidente de Argentina luego del golpe de Estado en 1955, reunidos en el mismo edificio en el Madrid de 1960, no siempre había sido así de tirante. Lee Server, biógrafo de la diva y autor del libro “Love is Nothing”, asegura que al comienzo se reunía en la cocina de Perón a degustar las empanadas que ahí eran preparadas por Isabel, la prometida del presidente gaucho, y que además charlaban los tres acerca de la difunta Evita. No obstante, debido a las fiestas hasta el amanecer que Ava ofrecía en su departamento, se arruinó dicha amistad y empezaron los insultos. Ava Gardner salía con su criada a la ventana, cuenta Lee, y ambas gritaban “!Perón es un marica”!
La diva dejó este mundo en 1990 y su antipático vecino en 1974. Lee server afirma que Ava Gardner, las veces que estuvo en Cuba, hospedada en casa de su amigo escritor Ernest Hemingway, visitó a Fidel Castro antes de la Revolución y que, en esas idas y venidas, hubo un romance entre ellos.

MARICA

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